Mundo ficciónIniciar sesiónAmy Steele es una empleada de la cafetería Blue Moon, en California. Pero por las noches, se dedica a escribir relatos s porque sueña vivir de sus libros algún día. Todo se vuelve un completo caos y entradas de pánico cuando, por error, le envía su relato a Matt Voelklein. ¡Un relato que está inspirado en él y desde que lo atendió en el bar, no ha podido sacar de su cabeza! La reacción del misterioso y enigmático Matt Voelklein será el lanzamiento de una propuesta interesante para la joven Amy...
Leer másCAPITULO I
Era primavera del año 1920 en Bélgica, los árboles se adornaban de nuevas hojas verdes y de hermosas flores todas con sus diferentes colores, el sol que hacía te secaba la garganta pero además te aportaba mucha vitamina D… y ahí me encontraba yo.
Anett Deschamps, hija del soldado Robert Deschamps y la criada Clarissa Deschamps, crecí en la soledad de una pequeña casa un poco deteriorada por la poca entrada de dinero que tenían mis padres, pero con grandes aires de amor, mi familia era pequeña pero muy amorosa, yo soy una niña muy inteligente, desde pequeña me gustaba leer grandes libros y por ello mis padres siempre me daban lo que yo quería con mucho esfuerzo pero me exigían que estudiara mucho para ser alguien importante, hasta que un día sucedido lo que menos esperaba… lo cual trajo que toda mi vida se pusiera patas arriba.
Pero adivinen qué, mi espíritu es el de una persona valiente, soy una líder y quiero venganza, quiero hacerle entender a la persona que me sacudió mi vida que aún sigo de pie y que me vengare de el o ella cuésteme lo que me cueste, y ahora que trabajo en el palacio creo que ha llegado el momento de poner un alto a las injusticias de mi pasado y hacer justicia por mi propio nombre.
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CAPITULO I: JURO VENGANZA
Esta historia comienza en época de primavera en Bélgica, Con una chica clase media que vivía en una casita de las más humildes de Bélgica en el año 1920 cerca de los alrededores del palacio de Bruselas. Donde se rumorea por las calles que próximamente habría una fiesta en conmemoración al tercer año de gobierno del rey Agustín XII, los pueblerinos se encontraban tan felices, es que todo el pueblo amaba al rey Agustín XII, se escuchaban por las calles Miles de susurros y todos referidos al gran día. – ¡Que genial, nuestro nuevo rey está de aniversario, espero y dure muchos años! – ¡El rey Agustín XII es un rey tan considerado, ha hecho tanto por nosotros como ningún otro rey que haya pasado antes! –
Se encontraba Anett como todas las mañanas se la pasaba pegada a la ventana viendo y escuchando a la gente pasar por los frentes de su hogar, de repente escucho unos paso rápidos que se acercaban a la doncella y cuando volteo era su padre Robert Deschamps el cual tenía una cara de emoción y con su hermosa sonrisa que iluminaba toda la habitación me decía:
¡Hoy es la gran fiesta hija mía! Me encantaría llevarte conmigo, pero el peligro nos asecha, no podría exponerte a ningún peligro. – cargo a su hija con una emoción y felicidad esto debido a que hoy si Dios lo quería iba a ascender de cargó, esto aún ni Clarissa ni Anett lo sabía –
¿Cuál peligro papá? – Le pregunto soltando carcajadas mientras su padre le daba vueltas en el aire –
Robert baja a la niña, harás que le den ganas de vomitar. – Le dijo Clarissa mientras acomodaba la mesa para servir la comida –
Ningún peligro mi niña, hoy será un grandioso día. – La bajo y se arrodillo para decirle – ¿Te parece si hoy hacemos una gran reunión? Tengo una gran noticia que anunciarles pero eso lo haremos en la noche ¿Les parece? – miro a Clarissa la cuál tenía una sonrisa en su rostro y con su cabeza acertó lo que Robert propuso –
¡Perfecto hoy haremos una fiesta nosotros tres aquí! Ahora esperemos la comida mi niña.
Los tres comieron mientras echaban algunos chistes y disfrutaban en la mesa; al dejar de comer Robert se alistaba para salir a trabajar como todos los días, Clarissa con sus manos sobó toda la espalda de Robert y le dijo – ¿Qué es lo que nos dirás en la noche? Tengo curiosidad. –Robert se volteo con una sonrisa y le dio un beso a su esposa y llevando un dedo hasta sus labios les dijo — Es un secreto, no diré nada solo espera hasta la noche, pero mira aquí tienes un dinero, sal al mercado y compra todo para la noche, quiero que hoy la pasemos genial. — beso nuevamente a Clarissa y le dijo que se iba, luego se despidió de su hija y salió.
Al rato de salir el soldado Robert, Clarissa se dirige hasta donde Anett la cuál se encontraba jugando con algunas cosas; está le dio un mini susto a lo que Anett salto y al ver a su madre soltó una risa muy tierna e inocente y le abrazó, Clarissa se alejo y le dijo:
Mi niña ¿Te parece que salgamos a comprar al mercado las cosas de la fiesta? ¡¿Quieres?!
Claro que sí mamá. – volvió a sonreírle y le abrazó nuevamente, Clarissa le cargó y le dijo – Okey vamos a cambiarte para que salgamos.
Salieron a vestirse para ir a comprar al estar listas emprendieron su viaje hasta el mercado local el cual se encontraba algo cercano al palacio de Bruselas, al llegar a el mercado Anett su hija se encontraba sorprendida, era un lugar tan concurrido, nunca había visto tantas personas juntas, todos se veían muy alegres y recordó el ¿Por qué sucedía esto? Y imaginó la cara de felicidad que tenía su padre en la mañana. Comenzamos a caminar hasta dirigirnos a una frutería un poco pequeña pero económica, Clarissa saco su cartera y empezó a pedirles al vendedor. – Necesito algunas fruta y verduras además de carnes y un poco de vino para mi esposo, hoy celebraremos que nuestro rey Agustín XII ya lleva 3 años siendo rey. – el vendedor sin más comenzó a buscar las cosas que Clarissa me había pedido, en ese momento pensó sobre lo que le dijo su esposo a ella y se pregunto ¿Por qué este día es tan importante según mi esposo?. Al paso del rato se acercaron a 2 chicas de dieciocho a veinte años de edad Clarissa y Anett escucharon unos murmullos de estás chicas que decían:
Me encantaría estar una noche con el rey, amaría que este me hiciera suya… solo pensar en todos los lujos que tendría —Suspiró una mujer joven de no más de veinte años mientras miraba a la chica que la acompañaba—. Si tan solo eso sucediera pero es tan imposible como ver un cerdo volar.
Anett Deschamps al escuchar esto miro a estás pueblerinas y bajó la mirada, con enojo masculló a su madre.
¡Que tontas son algunas piensan que por estar con alguien de dinero, esta persona se enamorara de ellas y les darán todas sus riquezas! Que pensamiento tan pobre.
A lo que su mamá Clarissa le respondió igual de avergonzada que ella.
Ignora esos comentarios y mientras tanto tú, sigue estudiando, eso es lo principal recuerda que mientras tú padre le sirva al rey y yo trabajé allá te costearemos todo lo que tú necesites hija mía así que por los momentos no pienses en esas tonterías.
Pasado un rato aún se encontraban mi madre Clarissa y yo Anett en el mercado cercano al palacio a punto de terminar de comprar las cosas para la fiesta de mi padre, el lugar se encontraba lleno de pueblerinos que al igual que mi mamá y yo, estaban haciendo su trabajo o simplemente comprando cosas para su hogar, Clarissa ya había comprado todo para la cena de la noche, solo le faltaba comprar algunas bebidas o vino para que la noche fuese genial… cuando de repente se escucha el galopeo de caballos, esto no era muy común en Bruselas, se podría escuchar uno o dos caballos, pero se escuchaba como si fuese una tropa de soldados que se avecinaban hasta donde nos encontrábamos… todos se encontraban sorprendidos por tal sonido y comenzó el pánico, todos mirábamos de lado a lado hasta que se ve la llegada al pueblo varios soldados todos vestidos de negros y además con sus caballos y sin tener alguna marca que los identificaba como soldados del palacio, más que 2 soldados, estos si tenían una insignia del rey Agustín XII. En ese momento el pánico y el miedo de los pueblerinos bajo pensando que eran soldados de la tropa francesa, hasta que el líder de estos fuertemente grito el cual decía “— ¡Ataquen!” todos los soldados comenzaron a galopar en sus caballos hasta donde se encontraban los pueblerinos incluidas Clarissa y Anett, en ese momento todos supimos que no se trataba de nada bueno más que de invasores extranjeros, los gritos de personas desesperadas comenzaron a sonar y muchas caras de susto y pánico se empezaron a avecinar, ya que estos llegaron cortando cabezas a inocentes que se encontraban en el mercado del pueblo, Clarissa al ver la cantidad de soldados que se aproximaban en caballos le agarró a Anett del brazo y está llorando le decía “ Mamá ¿Qué ocurre? “ a lo que Clarissa respondió “ No hay tiempo para explicarte” y comenzó a correr en busca de algún refugio, esa tarde hubo muchos muertos tanto inocentes como de soldados.
El anochecer había caído sobre Bélgica, la noche era oscura y el frío te congelaba hasta los huesos, además se escuchaba los grillos y otros animales en el pueblo. Clarissa se encontraba desesperada, no había pegado un ojo en toda la noche y moviéndose de un lado a otro su angustia cada vez se hacía más y más grande puesto que ya eran las 12:00 AM y su esposo no aparecía, Robert Deschamps era un hombre muy trabajador soldado del rey pero ella también sabía que lo más tarde que pudiese llegar a su hogar era a las 8:00 PM, no salía a fiestas y mucho menos a lugares vulgares, por eso está se encontraba sin saber que hacer, tenía ganas de salir a buscarlo pero le aterraba imaginar encontrándose con estos asesinos de la tarde o simplemente encontrarlo muerto.
Se aproximaban las 4:00 AM, la noche era fría y solitaria, los sonidos de los grillos inundaban todo el pueblo; cuando de repente se escucha que tocan desesperadamente la puerta, Clarissa y Anett Deschamps las cuales no podían conciliar el sueño, se levantaron rápidamente de sus camas y corrieron hacia la puerta, al abrir la puerta cayó Robert Deschamps herido por múltiples cortaduras de espada y cuchillos, con muchos moretones en su rostro y sangrando su cuerpo, los ojos de Clarissa casi se desprendían de su cara y miles de lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y gritó — ¡Robert! al igual su hija la cuál comenzó a gritar – ¡Papá, Papá! Mientras que sus ojos se comenzaron a llenar de agua y a soltar lagrimas. Ambas llorando arrastraron el cuerpo muy herido de su esposo el cual se encontraba desangrándose, Clarissa con todas sus fuerzas agarro el brazo de Robert y lo puso en su cuello para internarlo sentar y visto que no podía le pidió ayuda a su hija, ambas intentaron sentarlo pero su cuerpo se encontraba ya sin fuerzas y de una vez volvió a caer al suelo, al ver al pobre hombre tirado en el suelo ambas se arrodillaron a llorar. – ¿Qué hacemos decían ambas desesperadas? – Y envueltas en la oscuridad de la noche sus opciones eran muy pocas. –
Clarissa Deschamps
¡¿Amor que te ha sucedido?! ¡¿Quién te ha hecho está barbaridad?!
Mientras esté se encontraba en el piso Robert llevo sus manos hasta la cara de Clarissa le sonrió y le dijo que acercara su oído ya que su voz era muy débil, está cedió y se acerco a el y este susurrándole al oído le dijo – Te amo Clarissa, los años que he pasado contigo han sido los mejores. – Y sin decir más nada beso los labios de Clarissa de forma linda y dulce – al darle el beso a su amada acaricio sus hermosas mejillas y le dijo ya en sus últimos segundos de vida. – Cla…Clarissa cuida muy bien de mi niña, recuerda que fui un guerrero hasta el final, y te juró que no hice nada malo para buscarme esto aunque mal por mi en tener compañeros tan basuras y sobre todo mendigos del rey. – seguidamente soltó la cara de Clarissa y tomo la cara de su hija Anett limpio sus lágrimas y les dijo – Eres muy inteligente hija mía, demuéstrale al mundo de lo que eres capaz, se que eres muy inteligente, desde pequeña veía como agarraba los cuentos y los leías para ti solita, se lo madura que eres y por eso te pido que cuides muy bien de tu madre. – al finalizar de hablar su mano callo en el suelo, soltó una sonrisa por haber visto a su familia antes de morir, sus ojos se cerraron, su corazón dejo de latir, Clarissa agarro su mano llorando y viendo que este cerro sus ojos desesperadamente llevo sus dedos para tocar su pulso y no le encontraba, sin más sus lágrimas comenzaron a ser muchas más y abrazando a su hija le decía que todo iba a estar bien que su padre se había ido a un mejor lugar.
Anett se encontraba en shock siendo una niña de tan solo 13 años ver a su padre tirado en el suelo lleno de múltiples golpes además cortaduras y saber que había fallecido se preguntaba muchas cosas como el ¿Por qué? ¿Qué hizo de malo para merecer la muerte? Y recordó las palabras de su padre “te juró que no hice nada malo para buscarme esto aunque mal por mi en tener compañeros tan basuras y sobre todo mendigos del rey” así que decidió investigar porqué realmente fue que su amado padre había muerto, en su intuición ella estaba súper clara que esto había sido una injusticia y que nadie se haría responsable por ello, además no le cabía en la cabeza ni entendía el hecho de que los compañeros de su padre fueran tan mendigos del rey… Anett no podía evitar el hecho de llorar y aunque trataba de no hacerlo sus lágrimas corrían por su cara y no paraban de hacerlo, desde ese momento juro vénganse de la persona que asesino a su padre, para cobrar venganza y para darle un digno descanso en paz al alma de su padre.
ALEX VOELKLEIN.Lanzar una rosa al ataúd de mis padres marcó el punto más oscuro de mi existencia.El cementerio, un lugar donde las sombras se mezclan con la tristeza, se erguía ante mí como un testigo silencioso de mi dolor. Las lápidas parecían susurrar historias de vidas que se extinguieron, mientras los árboles desnudos se alzaban como guardianes melancólicos.La pérdida de mis padres no mostraba huellas de violencia en sus cuerpos.Fueron descubiertos en el interior de uno de los hoteles de Matt, y su imagen yacía en mi mente como una herida abierta. Al adentrarme en los detalles, el recuerdo de su hallazgo se volvía más desgarrador.Imágenes grabadas con precisión quirúrgica: allí estaban, reposando en el suelo, sus cuerpos entrelazados como un último abrazo, aferrándose mutuamente al borde de un sofá.No había rastro de insectos que rondaran su presencia, como si la muerte misma se hubiera detenido a respetar su partida.La pulcritud de sus rostros sin vida contrastaba con la
MATT VOELKLEIN.Hace unos días, una corazonada se apoderó de mí, como esas sensaciones inexplicables que te recorren la espina dorsal. Sabía que estábamos al borde de un momento crucial, un instante en el que mis hijos jugarían con el fuego, metafórica y literalmente.No logro recordar si esa premonición fue resultado de algún sueño fugaz que se disolvió entre las responsabilidades cotidianas o simplemente una corriente de conciencia que me alertaba. Pero ahí estaba yo, sentado en el borde de la cama, observando el cielo con una melancolía profunda, como si el destino se revelara ante mis ojos.Mis días compartidos con Amy, mi compañera en esta travesía tumultuosa llamada vida, parecían colarse entre mis dedos como arena fina. Y a pesar de que ella no tenía la menor idea de la tormenta que se avecinaba, decidí tomarme mi tiempo para distraerla, para mantener su mente lejos de la inminente encrucijada que se alzaba en el horizonte.Así que me sumergí en el arte de ocupar su mente, una
MATT VOELKLEIN.¿Qué harías por tus hijos?Por sus hijos, muchas personas están dispuestas a atravesar extremos, tanto en acciones como en emociones.La maternidad y la paternidad son experiencias que a menudo despiertan un instinto de protección y sacrificio.Algunos padres estarían dispuestos a hacer cualquier cosa para garantizar el bienestar y la felicidad de sus hijos, independientemente de los desafíos o dilemas éticos que puedan surgir.Este compromiso puede manifestarse de diversas maneras, desde decisiones prácticas y cotidianas hasta actos de valentía en situaciones extraordinarias.Los padres pueden experimentar un amplio rango de emociones, desde el amor y la ternura hasta la angustia y la preocupación.Y yo en especial, me transformaba en cualquier tipo de persona si veía que uno de mis hijos estaba en peligro.La adopción de Tom marcó un capítulo profundo en mi vida.Al ver su rostro curioso en el orfanato, cruzando las puertas con Amy a mi lado, supe instantáneamente qu
Instagram DEL AUTOR: florenciatom_ALEX KLEIN.El juego que se desencadenó entre hombres y mujeres dejó boquiabierta a la multitud y, de cierta manera, me dejó con el alma entre las manos. No estábamos jugando a luchitas inofensivas en el jardín; estábamos presenciando la preparación de espadas y armamentos, la inminencia de un conflicto entre ellos.Estaba a punto de ser testigo de una masacre, todo porque algunos de estos idiotas pretendían casarse conmigo.—¡¡Por ti doy la vida, Alex Voelklein!! —me gritó uno, con una determinación que enviaba escalofríos por mi espina dorsal.—¡¡Tocaré el honor con mis manos con tal de tener la tuya, Alex Voelklein!! —gritó otro, mientras sostenía su arma con ferocidad.La escena era surrealista, absurda. Dos bandos, hombres y mujeres, se alineaban como si estuvieran a punto de entrar en un conflicto bélico. Y todo por una razón absurda: querían casarse conmigo, aunque ni siquiera me conocían.La intensidad de las declaraciones y la seriedad con l
ALEX VOELKLEIN.Me observa como si intentara descifrar si lo que acabo de decirle es una broma. Estoy a la espera de que mastique la información y la procese lentamente.Suspiro; no quería que se enterara, no ahora, pero tengo mis límites con las personas que disfrazan su mala energía.—Tom no tiene novias—se excusa, ahora pasándose protector solar por los brazos—. Y menos lo serias tú, seria rarísimo que anduviera con su ¿hermana? ¿hermanastra? Dios, no.—Y no creo que seas tan cruel de ser su novia sabiendo lo enamorada que estoy de él —dice para rematar su discurso de hacerme sentir culpable una vez más. Aunque a estas alturas no sé si es culpa.—No estás enamorada de él, Amelia —escruto—. Buscas otra cosa.—¿Y tú no? —termina de pasarse el protector solar sobre el cuerpo y se recuesta en la silla con vista a la piscina—. Bueno, creo que ya tienes asegurada parte de la fortuna al ser hija de ellos. Dios, cómo te envidio. Por supuesto que es de forma sana, cariño.—No busco nada.—¿
ALEX VOELKLEIN.Las sábanas se enredan suavemente alrededor de mis piernas, o al menos eso percibo mientras comienzo a despertarme. Mi rostro está pegado a la almohada, y la mitad de mi cuerpo se extiende sobre el de Tom. No tengo idea de cómo terminamos tan entrelazados, pero me sorprende la comodidad que siento. No tengo intenciones de abrir los ojos, me resisto a hacerlo, pero al mismo tiempo, no quiero perderme la visión de cómo duerme él.Tom yace boca arriba, con un brazo cruzando la mitad de su rostro. Su mano libre se aferra a mi trasero como si temiera que me vaya en cualquier momento. Sus pectorales se elevan y descienden con cada respiración, revelando una tranquilidad absoluta.Una sonrisa se forma en mi rostro al observar cómo nuestros cuerpos están abrazados, o más bien, cómo intentan aferrarse a su manera única.La escena transmite una sensación de paz y conexión, como si nuestros cuerpos hubieran encontrado naturalmente su lugar el uno con el otro.Se aparta el brazo q





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