El amanecer los encontró a Liam y Collin todavía entre los árboles, los cuerpos entrelazados por el calor de la noche anterior.
Collin se puso de pie primero, recogiendo el vestido arrugado. Intentó cerrar el corsé sola, pero pronto sintió su presencia detrás. Liam deslizó las manos por la tela, tirando de las tiras despacio.
"Se te da mal", provocó ella, notando los nudos flojos.
Él sonrió contra su nuca, la voz baja y ronca.
"Es que prefiero quitártelo."
Collin puso los ojos en blanco, pero una sonrisa se le escapó.
"¿A dónde vamos?"
"A la orilla del mar."
Ella frunció el ceño, girando la cara para mirarlo. Liam seguía distraído, los dedos recorriendo el vestido sin prisa.
"¿El mar? ¿Por qué?"
"Allí tenemos una aliada. Averina."
Collin cruzó los brazos, sintiendo un desasosiego inexplicable.
"¿Y de dónde la conoces?"
Liam levantó una comisura, divertido.
"¿Tienes celos?"
Ella resopló.
"¿Por qué no respondes de una vez?"
Él soltó una risa baja antes de besarla, rozando los labios con