Averina los guió por el campamento. Había muchos lupinos repartidos por el lugar, cada uno ocupado con sus tareas. Collin observaba todo con atención, hasta que su mirada se posó en Averina. Algo en la postura de esa hembra despertaba desconfianza en ella.
"¿Eres de la realeza, Averina?" preguntó, analizándola.
Averina sonrió de lado, manteniendo el paso firme.
"Sí, soy princesa."
Collin no desvió la mirada.
"¿De dónde?"
Hubo un breve silencio, y entonces la hembra respondió con un brillo travieso en los ojos:
"De un lugar muy lejano."
"Averina gusta de ser misteriosa", comentó Liam, su voz cargada de diversión.
Collin sintió el calor de la mano de él en su lumbars, un toque firme y posesivo.
"Me gusta ser un poco reservada", dijo Averina. "Pero quizá pronto les cuente."
Collin arqueó una ceja, sin ocultar su desconfianza.
"¿Y por qué decidiste ayudarnos? Por lo que dijo Liam, ustedes apenas se conocen desde hace un mes."
Averina paró en seco y giró sobre sus talones, encarando a Coll