La ceremonia de entierro de Eric tuvo lugar en una tarde fría y lluviosa. La niebla cubría los tejados de la aldea como un velo de luto, y toda Montaña de Oro se reunió frente al gran templo de la Diosa Luna, donde el cuerpo del joven lupino descansaba. El sonido de la lluvia cayendo casi se perdía entre los aullidos que cortaban los cielos aullidos largos, angustiados. Eran de Damon, el único ausente entre los presentes, perdido en el bosque, llorando como una bestia herida.
Alade se mantuvo al lado del cuerpo de su alma de uno, sosteniendo su mano sin vida con tanta fuerza que sus dedos quedaron entumecidos. Su rostro estaba pálido, las lágrimas caían sin detenerse, y sus labios temblaban mientras murmuraba palabras solo para él.
"En otra vida, la Diosa Luna nos permitió quedarnos juntos, mi amor..." susurró, inclinándose para depositar un beso suave en su frente helada. "Te amo." Las palabras murieron en su garganta cuando el fuego fue encendido.
Las llamas crecieron, lamiendo el