Liam y los demás guerreros regresaron y convocaron a todos a la gran casa en el centro de la aldea, donde solían reunirse para las comidas. El aire estaba cargado de murmullos inquietos. La gente hablaba en voz baja, como si temiera algo.
Eve tomó a Collin del brazo, guiándola hacia el interior del salón. En cuanto entraron, Collin notó que Liam ya estaba allí, junto a Damon, que le hablaba al oído. Había un corte en su frente, una línea de sangre seca contrastando con su piel bronceada.
"¿Por qué tanta tensión?" susurró Collin a Eve.
"Liam y los centinelas salieron esta mañana a patrullar. Puede que haya ocurrido algo serio."
Collin volvió a observar a Liam. Se veía imponente allí, y bastó un solo gesto un aplauso firme para que el salón se sumiera en un silencio absoluto. El peso de su autoridad era casi palpable.
Una anciana en la primera fila fue la primera en hablar:
"¿Han vuelto, Alfa?"
"¡Tenemos miedo!" se alzó otra voz.
"¡Necesitamos respuestas!"
El salón estalló en preguntas