Capítulo 75 —Se oye raro...
Capítulo 75 —Se oye raro...
Narrador:
El ascensor se abrió con un susurro metálico. Cleo estaba en el sofá, descalza, con la portatil apoyada sobre las piernas y los ojos fijos en la pantalla. O fingiendo que lo estaban. Porque desde el momento en que escuchó el motor del ascensor detenerse, supo que era él. Nerón cruzó el umbral sin decir una palabra. Llevaba el saco en la mano, la camisa remangada, la mirada cansada pero decidida. Caminó unos pasos, sin apuro, hasta quedar frente a ella. No la invadió. No intentó imponer su presencia. Solo se detuvo ahí, de pie, como si eso fuera todo lo que podía permitirse. Cleo no lo miró enseguida.
—Supuse que terminaría viniendo —dijo al fin, con voz baja.
—No estaba seguro de que me dejarías pasar —respondió él.
Ella cerró la computadora y la dejó a un lado.
—No tenía forma de impedirlo, ¿no? El ascensor da directo a mi casa. Como casi todo en mi vida últimamente.
Nerón apretó la mandíbula. Bajó la mirada un instante.
—Tienes razón —murmuró —Y