Capítulo 76 —El mismo lugar de siempre
Narrador:
La cafetera automática emitía un pitido sordo mientras el líquido caliente caía en el vaso térmico. Cleo observaba el chorro con la mirada fija, como si esa cafeína fuera a salvarle el día.
Estaba agotada. De pensar, de contenerse, de caminar entre cuchillas sin mostrar ni una gota de sangre. Se sentó en una de las sillas junto a la pequeña mesa de mármol, con el café entre las manos, dispuesta a disfrutar unos minutos de silencio. Pero, por supuesto, el universo tenía otros planes.
—Vaya, mirá quién aparece por la cocina como cualquier mortal —dijo una voz dulzona detrás de ella.
Cleo cerró los ojos un segundo. Contó hasta tres. Y se giró. Clara estaba parada junto a la cafetera, con una taza en la mano y esa sonrisa que usaba solo para incomodar. Perfectamente maquillada, traje ajustado, ese aire de superioridad que parecía venirle con el perfume.
—Necesitaba un café —dijo Cleo, sin devolver la sonrisa.
—Claro, trabajar directamente