Capítulo 61 —La chica en cuestión
Narrador:
Nerón, obviamente, no pensaba quedarse de brazos cruzados. Cuando se aseguró de que nadie lo observaba, subió las escaleras en silencio y fue directo al dormitorio donde sabía que Cleo se había refugiado. Abrió la puerta sin hacer ruido. La encontró ahí, acostada de lado, abrazada a una almohada, con los ojos hinchados y el rostro marcado por lágrimas recientes. El gesto fruncido, la boca apretada. No dormía. Estaba peleando con algo por dentro, algo que él no necesitaba adivinar, ya lo sabía. Se acercó, preocupado, y se sentó al borde de la cama.
—¿Qué te sucede, Cleo? —preguntó en voz baja, casi con suavidad. —Cleo no respondió. Solo hizo un puchero, evitando mirarlo. Nerón entrecerró los ojos, sabiendo perfectamente que eso era solo la antesala del caos. Suspiró, se puso de pie y caminó hacia la puerta. —Voy a decirle a Lía que vine a verte, que te encontré mal y que te llevo a la ciudad de regreso —dijo, sin rodeos.
Ella se incorporó como