Capítulo 53 —Nombrarlo...

Narrador:

Cleo se quedó sobre él, sentada con las piernas a cada lado de su cuerpo, la respiración entrecortada, el cabello húmedo cayendo sobre su rostro. La chimenea seguía crepitando a sus espaldas, única testigo de lo que estaba por suceder. Nerón la contempló con una intensidad que le hizo temblar. No había prisa en sus manos. Solo deseo… y una paciencia que a ella le partía el alma. Ella se movió apenas, buscando acomodo, pero el roce de su piel contra la de él la hizo jadear. Su miembro estaba firme, latiendo bajo ella, alineado en el lugar justo, y bastó un mínimo movimiento de sus caderas para que lo sintiera todo. Nerón la sostuvo de su cadera, sin apuro, con los dedos clavándose en su piel como si temiera perderla en el intento.

—Mírame —le pidió con voz ronca, apenas audible.

Cleo levantó la vista. Su rostro aún tenía rastros de emoción, pero en sus ojos ya no había dudas. Solo hambre, solo entrega.

Y fue ella quien guió el cuerpo. Despacio. Con u