Mientras Jaden y Drax salían del imponente edificio Gravesend, el ambiente detrás de ellos seguía ardiendo con una calma tensión. Las enormes puertas de cristal se cerraron con un sonido, encerrando el caos que acababan de crear. Drax se mantuvo en silencio, pero su mirada se desvió hacia el lado, alerta como siempre.
Luego...
—¡Jaden! —lo llamó una voz familiar.
Jaden giró la cabeza y vio a Hannah corriendo hacia él, con una mezcla de preocupación y alivio en el rostro. Su larga coleta se balanceaba detrás de ella como una bandera de urgencia. Clara la seguía con pasos más elegantes, mientras sus tacones golpeaban suavemente el suelo, con los brazos cruzados y una expresión inescrutable.
—¿Dónde has estado? —jadeó Hannah cuando llegó a él—. Te hemos estado llamando todo el día. ¡De repente desapareciste!
Jaden le dio una sonrisa calmada y dijo: —Me ocupé con algo importante.
—¿No se supone que debías estar en la Plaza Musical? ¿En el ensayo? —preguntó.
—Sí, estábamos allí —resp