Los Blackwood no eran una de las siete familias de la élite, pero su nombre aún tenía peso. Especialmente en Ravenmoor, donde el abuelo de Clara tenía influencia en lugares a los que la mayoría temía adentrarse.
Ella había esperado, observando y esperando a que Jaden resolviera la tensión. Tenía poder, eso era evidente, pero la fuerza sin sentido era como una hoja sin empuñadura, peligrosa para todos.
Eso ya había pasado de ser una simple pelea. En ese momento se trataba de política, reputación... y supervivencia.
Kane se echó a reír siniestramente y mientras avanzaba, sus botas aplastaban la grava suelta. —La pequeña flor de los Blackwood tiene espinas, ¿eh? Tu abuelo solía inclinar la cabeza cuando yo pasaba. ¿Y crees que escucharé las órdenes de una rata mimada?
Clara no parpadeó y le dijo: —Julie es mi alumna. No le tocarás ni un dedo.
Jaden alzó ligeramente una ceja y esbozó una leve sonrisa burlona mientras veía a Clara interponerse.
—Es más valiente de lo que parece —murmu