Ivanna Taylor.
La oscuridad me rodea mientras avanzo por la casa. Las lágrimas llenan mis ojos y no entiendo bien el motivo. O puede que sí, pero lo que no logro determinar es cuál de todas las emociones me hace sentir tan abrumada.
La sábana que llevo alrededor de mi cuerpo huele a Shane, huele a todo lo que me ha dado esta noche. No tengo idea de qué hora es, pero tampoco me interesa mucho, solo quiero ver lo que me rodea sin pensar en nada más.
Llego a la sala, tenuemente iluminada por las luces de los edificios que rodean este, y que es visible a través del ventanal amplio de cristal. La hermosa vista, que una vez fue mi favorita, provoca que un sollozo salga de mí.
Tantas veces Shane y yo nos sentamos en el suelo, sobre la alfombra, bebiendo vino y observando el exterior, pensando y comentando todas las cosas que haríamos juntos para que la ciudad pudiera sentirse nuestra.
La nosta