Luciana, Dana y Catalina también lo encontraban increíble.
Valentina miró a Mateo —Señor Figueroa, ¿ahora me crees?
Sus ojos claros brillaban con picardía mientras Daniel la rodeaba con sus brazos. El rostro de Mateo se ensombreció tanto que parecía que iba a gotear.
Qué seductora.
¡Hasta Daniel había caído rendido ante ella! ¡Realmente era buena!
—Valentina, te traje de compras. ¿Has visto algún vestido que te guste?
La vendedora inmediatamente presentó el vestido de encaje —Este vestido le quedaría perfecto a esta hermosa señorita.
Valentina asintió —Me gustaría probármelo.
—Adelante, ve a probártelo.
Valentina tomó el vestido de encaje y entró al probador.
Luciana sintió que su buen humor se había esfumado. Jaló a Mateo del brazo —Mateo, ¿ves? Te dije que Valentina no era buena persona. Ha conseguido engatusar a Daniel, y se ve que él la mima mucho, está completamente hechizado por ella.
Mateo apretó los labios sin decir nada.
En ese momento, Daniel se acercó —Señor Figueroa, ya que