Daniel llegó.
Luciana y las demás ya habían visto a Daniel ayer en Pureza, y ahora, al verlo nuevamente, sus rostros cambiaron drásticamente.
Daniel se acercó a Valentina —Valentina, acabo de salir para atender una llamada. ¿Qué está pasando? Parece que me perdí algo interesante.
Valentina curvó sus labios rojos —No, no te perdiste nada. Al contrario, llegaste justo a tiempo. Estas personas querían conocer a mi novio, es decir, a ti.
Valentina le lanzó una mirada significativa a Daniel.
Daniel entendió inmediatamente y rodeó con su brazo los delicados hombros de Valentina —¿Y ellas son...?
Valentina las presentó una por una —Ella es Marcela, Catalina, Luciana y Dana.
Luego, la mirada de Valentina se posó en el rostro aristocrático de Mateo. Cuando Daniel entró, el semblante de Mateo también cambió.
Era evidente que Mateo jamás hubiera imaginado que el novio de ella sería Daniel.
Valentina presentó con naturalidad —A este señor no hace falta que lo presente, es el señor Figueroa.
Daniel