Capítulo 135 —El último secreto
Narrador:
Luigi cerró la puerta de su despacho. El lugar estaba en penumbra, apenas iluminado por la lámpara del escritorio. Mateo se apoyó contra la pared, brazos cruzados, esperando. El silencio era espeso, cargado.
El celular de Luigi vibró. Un mensaje. Un archivo adjunto.
—Llegaron —dijo, sin levantar la vista.
Conectó el dispositivo al monitor grande del despacho. La pantalla se encendió y apareció la imagen granulada del estacionamiento subterráneo. Cámara fija. Ángulo alto. Hora marcada en la esquina.
Luigi adelantó el video.
Valeria entró en cuadro.
Caminaba despacio, como cualquiera. El bolso al hombro. La mano sobre el vientre. Pero a los dos segundos, algo cambiaba. El cuerpo se le tensaba. La cabeza giraba apenas. No miraba al frente: leía el espacio. Calculaba. Se desplazaba con una leve diagonal, buscando siempre una salida.
—Pará ahí —dijo Luigi.
Rebobinó unos segundos y volvió a reproducirlo en cámara lenta.
Alissa apareció desde la colu