Capítulo 116 —El trasero
Narrador:
El caos seguía desatado en la finca de Noya. El humo aún no se disipaba del todo. El olor a pólvora se mezclaba con tierra removida, con gritos, con órdenes cortadas a los gritos por radio.
—¡Sigan avanzando! —rugió el Diablo, cubriéndose detrás de una columna de piedra —¡No los dejen reagruparse!
Los disparos respondieron de inmediato. Desde el ala oeste, dos hombres armados abrieron fuego sin piedad, obligando al grupo a replegarse unos metros. Las balas impactaron contra muros, ventanas, estallando vidrios y levantando astillas.
—¡Joder! —escupió Dominic, recargando —¡Todavía quedan demasiados!
El Diablo se asomó apenas para calcular el ángulo. Fue un error mínimo. Pero suficiente.
—¡Roman, abajo! —gritó Renzo.
El tiempo pareció ralentizarse. Una ráfaga cruzó el aire justo donde el Diablo había estado un segundo antes. Renzo no pensó, no dudó, no calculó. Se lanzó hacia adelante, literalmente. Chocó contra el Diablo con el hombro, tiránd