Capítulo 80
Durante la madrugada, el silencio era ensordecedor, en la penitenciaria de seguridad máxima.
En el bloque C, celda 27, Ethan Blake estaba despierto, sentado al borde de la cama de concreto. Sus ojos habían estado atentos, mirando la pared durante horas, esperando el momento exacto.
A las 3:02, como acordado, escuchó la primera señal: tres golpes cortos provenientes del tubo de ventilación. Era la Rata.
Inmediatamente después, se escuchó el sonido del candado de la celda con un leve clic. El cerrojo eléctrico había sido desactivado desde dentro del sistema, gracias a la Rata.
Ethan se levantó despacio. Al empujar la puerta, notó que estaba sin tranca. Su corazón se aceleró. Era ahora o nunca.
Más adelante, en el pasillo, el carcelero Silas lo esperaba con un uniforme y una gorra sobre los hombros. Sin decir una palabra, le entregó un uniforme de limpieza y un carrito.
— Tienes seis minutos hasta la siguiente ronda — murmuró Silas, sin mirarlo a los ojos.
Ethan se puso el un