Capítulo 113
La cena estaba demasiado silenciosa para el gusto de Aurora. Escuchaba el tintineo de los cubiertos contra la porcelana y nada más. Observó discretamente a su nuera, que movía la comida sin realmente comer, con la mirada perdida en algún punto del mantel.
Cuando desvió los ojos hacia su hijo, el corazón de Aurora se oprimió. Alexander mantenía la postura, pero su rostro estaba sombrío, y había algo diferente en la forma en que sostenía el tenedor, como si fuera un peso y no un utensilio.
— ¿Estás bien, Alex? — preguntó con suavidad, inclinándose ligeramente para verlo mejor.
Él alzó la mirada por un instante, pero la respuesta no llegó de inmediato. Solo una sonrisa débil, casi imperceptible, que no engañaba a nadie.
Aurora frunció el ceño. Esa expresión… no era solo tristeza. Era miedo. Miedo de perder algo o a alguien.
Aurora dejó el tenedor sobre el plato, la mirada fija en su hijo.
— Hijo…
Alexander levantó los ojos solo por un segundo.
— Estoy bien, mamá — respondió,