Dos años atrás
Enrique Sandoval
Todo se detuvo en el tiempo. Por los hechos, puede que hayan pasado tal vez horas, para mí aún seguían sucediendo los eventos en cámara lenta. De hecho, aún sentía zumbidos en mis oídos. Desde que anunciaron la muerte del abuelo, vi cómo mi madre y el tío Santiago corrieron al interior de la casona.
Alfredo también lo hizo. Y al mismo tiempo mi padre nos miró a todos y de manera sincronizada corrió junto con Simón y la tía Luisa. Ellos se fueron para verificar. El resto nos tardamos un poco más en reaccionar. Gladis llegó hasta donde su hijo, quien solo miraba a mi hermana, la cual se había quedado en el mismo lugar.
Como se habían quedado la mayoría, mirando a la casona; ya sea analizando, asimilando, otros desconcertados… acabamos de almorzar con él. Nos miramos los cuatro, sin movernos, sin llorar, sin poder reaccionar. —Volví a analizar mi entorno—. Vargas le dijo algo a su mamá, quien afirmó, luego se le acercó a mi hermana, la cual reaccionó cuan