Dos años atrásVictoriaSalí de la clase. Papá, me esperaba para realizar la inseminación a un par de yeguas; quedamos en presentarnos Dante y yo, aunque él llegará una hora después; continuaba en clase, hoy era el último día, salíamos de vacaciones. Por eso no podía esperar a Liam, él vino sin su carro.Y como conozco a mis hermanos, debía cerciorarme de que Enrique pasaba por nuestro hermanito, a quien le quedaban dos clases más. Saqué el celular para marcarle al fornicador; no sé cómo no se le desgastaba el pirulo con tanto uso. Cada vez que hacía un comentario al respecto, mamá solo miraba a papá, quien hacía un fallido intento por no reírse frente a mí. Se fue al buzón.—¡Mierda! —volví a intentarlo.No se encontraba en clase, pasé por su salón y no lo vi. ¿Dónde se habrá metido? Llamé a Dante, y luego de la cuarta timbrada contestó.—Estoy en clase, Victoria. —susurró.—Lo sé, idiota, me voy a adelantar por la cita con papá. A Liam le quedan dos horas, además no trajo su carro.
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