Dos años atrás
Enrique Vargas
Mi padre fue quien me aconsejó tratar el tema en privado. Si algo odiaba el jefe, era la burla. Eso sí fue muy claro al decirme que muy seguro recibiré una paliza. La única tranquilidad era tenerlo a mi lado; por si las cosas se salían de control, él me defendería. Pero… sugirió que tratara de hacerlo entrar en razón.
Demostrarle mi entereza ante el hacerme responsable. Por eso no iba a oponerme a la paliza. Nunca creí tenerle tanto miedo a alguien, y así como lo admiro, también le temo. Porque era un hombre a base de lealtad; a eso me pidió mi padre que me aferrara, a ser leal con el grupo, con Victoria y conmigo mismo. Ese fue su consejo cuando le conté todo.
—¿Qué pasa, Enrique? ¿Tiene referencia con lo que me comentó Melisa a su llegada?
—No tengo idea a qué te refieres con respecto a lo de Meli. La verdad, desde ayer no tengo cabeza más que para tratar de solucionar un tema personal.
—Habla, hijo.
Iba a hacerlo, la verdad quería decirlo, pero quedé m