Dos años atrás
Enrique Vargas
Llevábamos cinco días de caminatas largas. No hemos descansado como era debido, el frío lo tenía impregnado en los huesos. Comíamos una sola vez al día algo medio decente, caliente cuando llegábamos al lugar donde montábamos el campamento. Victoria se resbaló y alcancé a sostenerla.
—Ya no puedo dar un paso más.
—Si lo harás, mi compañera de aventuras. Mira que ahora soy una vergüenza cada vez que voy a mear —arrugó su frente.
No creo que Victoria sea aún virgen, tenía veinte años, no era para nada fea, al contrario, era muy bonita. Tal vez no presuma de muchos novios por los hermanos que tenía y Roland daba miedo…
» Mi verga se ha encogido.
Su carcajada se escuchó por todo el bosque. Los Sandoval me miraron y me encogí de hombros.
—Comenta el chiste para ver si nos unimos a la risa. —gritó desde el otro extremo Demetrio.
—Ni se te ocurra, Vic, hablar de mis penurias congeladas. —Cada vez que hablaba ella, se reía más.
—Tranquilo, además no creo que seas