Dos años atrás
Dayana
Había llegado la noche y ni hambre tenía de seguir pensando en lo estúpida que fui. El campamento se había instalado al lado de los pinos, por eso puse el morral a un lado del pino escogido como refugio para sobrevivir la noche. Encendí las dos linternas que había guardado; alumbran lo suficiente para poder meterme dentro de la bolsa de dormir.
Solo tenía una manta. Voy a morir de hipotermia, no guardé la estufa portátil para calentar agua. ¡Estoy jodida! ¡Fui una idiota! Un par de lágrimas salieron. Sin el calentador portátil, ¿cómo haré chocolate? ¡Fui una imbécil! Saqué una barra de chocolate. La metí dentro de la bolsa de dormir, de la cintura para abajo. Estaba oculta.
La espalda la apoyé en el tronco. Encima del camuflaje me puse la única chaqueta y los dos gorros que había traído. Como deseo tener puesto mi favorito, era el más caliente, pero rosado con morado no combinaba con los tonos del uniforme: verde, amarillo y gris. Un par de lágrimas volvió a sali