Dos años atrás
Victoria
Estaba exhausta, si mis hombros no podían con el peso que transporté desde que nos movimos del punto A al punto B. No imagino cómo se debía de encontrarse Dayana. Después de la adrenalina al pasar ese precipicio y el miedo por ver cómo Liam lo hacía solo. Juro que casi me defeco.
Pero fue hermoso para mí ser testigo de cómo mis hermanos se convirtieron en uno para brindarle soporte a Liam en caso de que perdiera la concentración. Como se lo dije a Vargas; siempre Dante marcaba el paso en cualquier nuevo aprendizaje para el pequeño Sandoval y Enrique le daba la confianza de que, si fallaba, él lo sostendría.
Siempre lo habían hecho para temas motrices, menos para la música. Y eso fue lo que hicieron. Dante le mostró el camino. Liam memorizó los pasos y la metodología utilizada. Y otro punto de ayuda fue Inés. La pequeña no les tenía miedo a las alturas y comprendió lo que hacía fuerte a Liam y se dejó llevar, se acopló a las indicaciones del músico.
Aun así. Des