Capítulo 10 – Sin tregua.
NARRADOR.
En la oficina principal, Fernando Solano estaba de pie frente a la ventana, con las manos apoyadas en el escritorio y los ojos inyectados de cansancio. Desde la filtración del video con Carla, todo se había ido a la mierda. Gabriela había desaparecido y las llamadas no paraban, los socios pedían explicaciones, y la prensa lo destrozaba sin piedad.
Pero lo peor aún no había llegado.
La puerta se abrió de golpe. Carla entró con paso firme, aunque la palidez de su rostro delataba su nerviosismo. Vestía con elegancia, pero su maquillaje corrido y los ojos hinchados mostraban el desastre que llevaba por dentro.
—¡No pienso soportar más esta humillación, Fernando! —gritó, cerrando la puerta tras de sí—. ¡Me expusiste como una cualquiera frente a todo el país! ¡Y tú desapareces!
Fernando soltó un suspiro, pasándose una mano por el cabello.
—No es momento de reproches, Carla. Estoy tratando de controlar el daño.
—¿Controlar el daño? —su voz temblaba entre el llanto y la rabia—. ¡Mi