Stormi estaba que no cabía de la emoción, ella corría de un lado al otro y como nunca hablaba con sus compañeros y demás invitados, pero su alegría duró poco al chocar con las niñas de su misma clase social.
―Hey, ¿Qué sucede, valiente? ―Kalen tomó a su hija en brazos. ―¿Por qué esa cara larga? ―Stormi suspiró.
―Esas niñas son unas sosas. ―Señaló a las hijas de los demás nobles. ―Son tontas e ignorantes y me caen mal. ―Kalen alzó las cejas.
―Pero, cielo, sabes que debes llevarte bien con ellas. ―Stormi negó con gesto duro.
―No puedes obligarme, me caen mal y eso no cambiará. ―A Kalen le impresionó tanto disgusto en su hija.
―¿Qué han hecho para que lo tengas decidido? ―Quiso comprenderla mejor.
―Me han dicho que siempre seré pobre porque he invitado a los niños del orfanato y que las de su clase nunca se mezclan con ese tipo de gente. ―Sus ojitos llenos de lágrimas enfureció a Kalen, es por eso por lo que ødia rodearse con esa gente.
―Pues que mal por ellas. ―La calmó. ―