CAPÍTULO 234. Lo que no debía saberse.
Capítulo 234
Lo que no debía saberse.
El amanecer llegó sin delicadeza, como una luz que se cuela por una grieta mal cerrada. Lejos de traer claridad, solo acentuó la tormenta de humo y el caos que flotaba sobre la ciudad. En el penthouse, ahora convertido en cuartel improvisado, nadie había dormido. No podían.
Cada minuto sin noticias de Gabriel era un hilo más tensando el pecho de Isabela hasta el límite del desgarro.
La fiscal Durán terminó una llamada cortando el aire con la mano.
—El equipo ya entró al perímetro —informó—. Hay zonas calientes y puntos que siguen colapsando. La estructura no está estable, pero van a sacar todo lo que encuentren.
Isabela no respondió. No podía. Tenía la mirada clavada en la consola donde Diego trabajaba desde antes de que la explosión siquiera cesara.
Ojeras profundas, manos temblorosas, y una desesperación silenciosa que ella apenas empezaba a notar.
Valeria, por su parte, recorría la sala como un animal enjaulado. Cada vuelta, cada suspiro, era