CAPÍTULO 235. La cacería comenzó.
Capítulo 235
La cacería comenzó.
El sol había terminado de salir, pero la ciudad seguía envuelta en un gris enfermizo que parecía flotar sobre las ruinas de aquel colosal edificio que había sido usado para la manipulación genética ilegal durante meses.
No había canto de aves, ni sirenas de las autoridades, ni siquiera el murmullo habitual de las calles. Solo el crujido intermitente del concreto debilitado y cayéndose a pedazos cada cierto tiempo… y un silencio que pesaba más que la tragedia misma.
En el perímetro del edificio colapsado, los equipos de rescate se movían como hormigas exhaustas. Casco tras casco, gritos entrecortados, señales con las manos. Todo era caos. Todo era insuficiente.
Y lo peor: cada intento de acceder al nivel inferior terminaba en nuevos derrumbes.
Las cámaras transmitían los deslizamientos. Pilares vencidos, doblados por la mitad. Polvo en nubes espesas. Trozos afilados cayendo como guillotinas. Una pesadilla arquitectónica a la vista de todos.
Diego lo obs