CAPÍTULO 218. Presión al límite.
CAPÍTULO 218
Presión al límite.
En el laboratorio de Carlos Herrera, la luz blanca de la sala aislada donde se encontraba Teresa nunca se apagaba del todo, y quizá por eso ella no sabía si había dormido minutos u horas. Lo único que sabía era que despertó sobresaltada, con un jadeo tan profundo que sintió que el aire le había sido arrancado de los pulmones.
El primer golpe fue interno.
Un movimiento brusco, casi violento, sacudió su vientre. No era como los que había sentido antes, con su primer embarazo. Este iba acompañado de un dolor agudo, como si algo dentro de ella empujara con fuerza contra su cuerpo, tratando de abrirse paso.
Teresa llevó ambas manos al abdomen y apretó los labios, intentando no gritar.
—Dios mío… —murmuró apenas.
El bebé dentro de ella volvió a moverse, esta vez de forma más larga, como una onda que recorría su vientre desde un extremo hasta el otro. Era demasiado rápido. Demasiado fuerte. Casi… imposible.
El miedo le subió por la garganta como un nudo que se