CAPÍTULO 219. Desesperación enjaulada.
Capítulo 219
Desesperación enjaulada.
Julián no sabía cuánto tiempo llevaba despierto. En la habitación que él mismo llamaba “su jaula”, el paso de las horas se quedaba atrapado entre esas paredes metálicas que no daban tregua. A veces creía que era de día; otras, que la noche seguía pegada al techo. Sea como sea, su mente ya no distinguía entre ayer, hoy o mañana.
Solo sabía que en ese instante algo estaba distinto. Muy distinto.
Había un ruido que no solía escucharse: pasos acelerados, voces moviéndose rápido, el choque de cajas, carritos de carga y puertas abriéndose de golpe. Un murmullo constante que, aunque ahogado, se filtraba por debajo de la puerta sellada como un ruido inevitable.
Julián se sentó en la orilla de la cama inmediatamente.
Se llevó una mano al pecho, tratando de controlar la respiración. No era ansiedad… o tal vez sí. Pero también era intuición. Una sensación fría que se le clavó en el estómago. Algo se movía afuera. Algo grande. Y no podía ser bueno.
Se puso de