CAPÍTULO 21. El precio de seguir respirando.
Capítulo 21
El precio de seguir respirando.
El reloj marcaba las dos de la mañana.
Gabriel seguía en la sala, en silencio, inmóvil, con los codos apoyados en los brazos de su silla, la cabeza hundida entre las manos.
En el pecho le ardía la confesión que había escapado de sus labios sin permiso:
“Ya no sé cómo alejarme de ti.”
Maldita sea.
No debió decirlo. O al menos no de ese modo. Con tanta rabia, con esa necesidad que lo volvía patético.
Pero era una cruda verdad. Isabela estaba destruyendo cada una de sus defensas. Y lo hacía sin querer. No necesitaba besarlo. Ni mucho menos provocarlo.
Le bastaba respirar, moverse por su casa, existir. Y él se estaba quedando sin argumentos. Sin excusas para negar sus sentimientos.
El sobre con la fotografía seguía sobre la mesa de cristal, abierto, expuesto, como una herida sin cerrar.
El círculo rojo sobre su pecho lo miraba con burla. La nota seguía ardiendo en su cabeza.
》"Sabemos a dónde apuntar. La próxima vez no fallaremos."
Él sabía qui