Antonio jamás imaginó que Lyra, la mujer que conocía como la novia de Raffael, fuera en realidad la hija biológica de Elia.
Elia actuó frente a Antonio, llorando al ver a Lyra. La mujer corrió hacia ella y la abrazó con fuerza.
—¡Lyra, eres tú, cariño? ¡Mamá te ha extrañado tanto!
Las lágrimas de Lyra brotaron al instante en los brazos de Elia. Su añoranza se desbordó.
—¡Mamá, siempre te he buscado! ¿Dónde has estado? ¿Por qué me abandonaste? —preguntó Lyra entre sollozos.
Antonio, que estaba frente a Raffael, se acercó a las dos mujeres. Ignoró por completo a Raffael y se unió al abrazo entre madre e hija, separadas por quince años.
—¡Después de buscar por todas partes, resulta que nuestra hija estaba cerca de nosotros! —exclamó Antonio de repente.
Raffael abrió los ojos de par en par, confundido.
Lyra se apartó del abrazo.
—Presidente Antonio, ¿qué quiere decir con eso? —preguntó Lyra, aún llorando.
Elia se puso nerviosa, temiendo que Antonio revelara su verdadera identidad ante Lyr