Asya sabía que el hijo de su pareja, Ilayen, volvería ese día. La festividad y el baile que ella haría sería en conmemoración de su cumpleaños. Solo no se esperó que aquella sensación que la había invadido nada más entrar a la sala, que le hacía quemar cada parte de su cuerpo y encima de ella casi hacerle perder la conciencia llevándola apuntar a esa persona con la espalda, más porque se sentía atraída que para atacarlo… era provocada por precisamente ese lobo.Tragó en seco apenas sin escuchar lo que decía el alfa a su lado. Había mucho bullicio en la sala, comentarios por lo que acababa de hacer, ella no le prestaba atención. Más bien estaba enfocada en que había cometido un error en el baile, al inicio pensó que Byron se molestaría, pero por el olor a alcohol y las risas que soltaba parecía ¿satisfecho? No creía, era un lobo que engañaba con su forma de actuar.Se mantuvo quieta en el lugar, pero nada comparado con su interior. Su corazón latía tan fuerte que era doloroso. Y esa fr
-Ah, que aburrido- fueron las palabras de Byron tras ver el cuerpo inconsciente de la loba en los brazos de su hijo- Ni para eso sirve. A veces me pregunto si hice bien en tomarla como reina- sonrió de forma sombría- Su hermana pequeña hubiera sido más divertida.Chasqueó la lengua y se levantó tambaleándose un poco de un lado a otro. Ilayen presionó el cuerpo de la loba más contra él de forma protectora. Analizó los movimientos del alfa, podría estar borracho pero las garras que tenía completamente desenfundadas eran peligrosas, sin contar que desde hacía rato estaba soltando feromonas. No era alfa por gusto. Incluso borracho estaba alerta.-Esclavos- lo escuchó gritar y dos lobos entraron corriendo arrodillándose delante de él- Lleven a cuatro esclavas a mi habitación- sonrió de forma lasciva- Quiero que me atiendan como es debido.Los dos lobos asintieron y miraron por detrás de él. Ilayen tensó sus brazos.-Yo la llevaré directamente a su pabellón padre. Estoy seguro que no querrá
Las garras de Ilayen amenazaron con salir. La rabia en su interior era tan que solo contaba los segundos para terminar con su padre. Pero apresurar el plan era ponerse la soga al cuello. Debía esperar, y a faltaba poco. Sin embargo, era duro.Sus pulgares rozaron por debajo de los orbes de ella, tan suave como una caricia.-¿Te duelen?- preguntó él con la voz apretada.Asya no pareció conmocionada.-Ya no- respondió ella de forma lineal- No recuerdo mucho de lo que pasó en ese momento. El alfa estaba molesto y mi cabeza golpeó con algo. Después de eso Lena me comentó que me quejaba de mis ojos, pero ya eso pasó. Ahora simplemente hay oscuridad en ellos.Ilayen apretó sus labios y no pudo evitarlo. La abrazó y la pegó contra él. Su pecho ardiendo. La culpa recorriéndolo.-Si solo… si solo hubiera estado a tu lado.-Acaso hubieras podido hacer algo- las palabras de ella se sintieron como un balde de agua fría- Todos saben que cuando se entra a los aposentos del alfa… salir ileso es todo
Asya estaba allí, en un lugar completamente desconocido para ella. Sentada sobre una superficie suave que por la textura debajo de sus dedos supo que eran sábanas, así que aquello era una cama. Tras perder su visión los otros sentidos se le habían desarrollado realmente rápido.La punta de sus dedos era más sensible pudiendo sentir con mayor claridad, su oído más fino pudiendo oír hasta los latidos del corazón o a una distancia más amplia que un lobo normal. Y hasta su olfato se había hecho más fino por lo que podía oler como el olor del lobo que estaba junto con ella en la habitación se hacía cada vez más intenso. Incluso podía sentir sus feromonas como su fueran miles de plumas rozando su piel.Se estremeció y sus manos apretaron la tela sobre su regazo. Tragó en seco. Sentía la misma atmósfera que cuando el alfa estaba excitado, la misma presión que obligaba a su cuerpo a estimularse y humedecerse para él. Solo que esta vez la sensación era más cálida, más reconfortante.No… le dab
Asya tragó en seco tras escuchar las palabras del lobo junto a ella.-Pero si sale bien…- ella quiso completar la frase, pero de solo pensarlo su corazón saltaba.Se llevó la mano a la nuca palpando la marca que estaba allí.-Será doloroso, una vez que esta se comience a desvanecer. Incluso puede que el dolor te vuelva loca, pero podrás ser libre de él- Ilayen agarró la mano de ella y entrelazó sus dedos apretándolos de forma ligera. Las palmas de ella se sentían tan suaves a comparación de las duras de él.-Libre- Asya mencionó lentamente. La sola idea de no tener miedo cada noche esperando ser llamada, o cuando cruzaba aquella puerta y sentía el olor de las feromonas del alfa que la estremecían.Sus ojos… vacíos por culpa de ese mismo lobo se le llenaron de lágrimas. Podría volver a ver a su hermana, podría volver a sentirse segura. Podría ser libre.Ilayen sonrió por la expresión que ella estaba poniendo en ese momento.-Disculpa si te mentí antes- él soltó un suspiro- Como ves, mi
Ilayen acunó su mejilla. Era normal que ella se sintiese así de insegura. Su padre la había tratado como un trapo. Además, una hembra tocada por otro macho… había cuestiones en la que todavía algunos tenían que evolucionar en cuanto pensamiento.-Sí, y todas las veces que te puedas imaginar. He querido estar a tu lado desde el primer momento que te vi caminando por ese pasillo y tenerte aquí hoy, sentada en mi cama, es más que suficiente para que mi cuerpo duela de la excitación.La sintió estremecerse y una lágrima corrió por la mejilla de ella. El príncipe la secó con el pulgar y después llevó su mano a su boca lamiendo la lágrima salada y rica. Acto seguido se levantó para sentarse en la cama y agarró la cintura de Asya que se sintió estrecha entre sus dedos.Con lo pequeña que ella era ahora en comparación con él le fue fácil alzarla y moverla hasta dejarla sentada en su regazo, ganando un pequeño chillido de susto por parte de ella que se aferró a sus hombros.Ilayen se corrió ha
Asya tembló ligeramente acomodándose mejor sobre el regazo de él aunque no importara como se moviera podía sentir entre sus muslos el bulto caliente del miembro de él que se notaba realmente grande. Su boca se estaba haciendo agua sin quererlo, una reacción natural de su cuerpo a la excitación de su mate. Completamente contraria cuando estaba con su enlazado donde solo podía sentir asco ante sus toque y a la traición de su cuerpo cuando este la estimulaba con sus feromonas.Cerró sus ojos y tomó un largo suspiro enfocándose en la palma de sus manos, sus nuevos ojos, con los que había aprendido a ver el mundo que la rodeaba de una forma diferente. Quizás ahora estuviera ciega, pero era como si un universo completamente nuevo se hubiera abierto para ella.La textura debajo de sus manos era firma y a la vez suave. Comenzó a mover sus dedos con cuidado, explorando cada parte de aquel rosto que le pareció familiar, pero a la vez tenía un cierto toque diferente y más maduro y eso que solo h
Ilayen posó sus manos sobre las de ella recorriéndolas por sus hombros anchos y fuertes para que ella pudiera sentir todo lo que se le había desarrollado. La tela de su túnica se había soltado dejando todo su torso expuesto para que ella pudiera palparlo. Por sus brazos mucho más grandes que cuando se había ido, cada curvatura, cada vena marcada sobre estos y ella los iba dibujando con sus dedos. Incluso las manos de Ilayen la soltaron y ella siguió explorando.Una vez que repasó sus brazos sintiéndose satisfecha no tardó en llegar a su pecho mucho más grande y fornido de lo que recodaba, hasta sus manos se sentían pequeñas. Lo escuchó reírse un poco ante sus roces, quizás porque estaba tan sensible que le provocaba cosquillas. El vientre a continuación era duro y marcado, ya antes era así, pero ahora parecía más sólido.-¿Te gusta lo que has tocado hasta ahora?- lo escuchó preguntarle.Asya alzó la mirada deseando poder verlo en ese momento. Seguro que la expresión del lobo era todo