Ilayen siguió a Feith todo el camino sin protestar a pesar de recorrer una larga distancia. La manada del alfa White no quedaba precisamente cerca. El camino le hizo pensar mucho sobre su situación actual, así como ampliar sus conocimientos sobre los alrededores. Feith solía llevarlo a recorridos para que conociera lo que estaba afuera, lo había vuelto un experto en caza, en técnicas para escabullirse, ataque cuerpo a cuerpo.
El entrenamiento durante todos estos años había sido brutal, tanto que su cuerpo podía moverse solo por reflejo. Se había vuelto realmente fuerte, el mismo Feith se lo decía constantemente. Había sido un buen alumno, aun así sentía que faltaba algo.
-no lo pienses mucho- escuchó la voz del lobo que había sido su maestro todos estos años- Estás preparado, aunque es normal que te sientas incómodo y dudoso.
Ilayen no le respondió. A veces pensaba que el lobo era capaz de saber que estaba pensado. Feith lo miró.
-Estarás un tiempo resguardado en la manada del alfa Wh