Ilayen tenía el cuerpo tenso cuando se sentó en la zona designada para él lado del alfa. Este apenas si llevaba un pantalón normal y una túnica abierta mostrando su cuerpo sin problemas. La musculatura de su padre era realmente intimidante, ni siquiera él con su actual desarrollo podía competirle. Incluso sus feromonas eran más densas y dominantes.
Pelear contra él no sería algo fácil.
-¿En qué demonios piensas?- le preguntó Byron sin mirarlo tomando un trago de su copa de vino con lo cual hizo una mueca y le lanzó la copa encima de uno de los esclavos a su lado derramando el resto de líquido sobre el joven lobo- está caliente.
-Disculpe alfa- el lobo se inclinó temblando y salió corriendo. Rápidamente dos esclavos más tomaron su lugar, uno limpiando el desastre y otro trayendo una bandeja con dos copas nuevas.
Byron tomó la suya y le hizo señas al esclavo para que le diera la otra a su hijo. Ilayen vaciló, no era amante del vino y mucho menos después de volver. Tendría que tener cuid