Esa mañana, Lena esperaba al regreso de la reina con la misma rutina. EL baño caliente y el desayuno lo más ligero posible. Un juego de ropa para dormir lo más ligero posible que no rozara la piel y los ungüentos medicinales para aplicar en los moretones que siempre estaban presentes cada vez que tenía relaciones sexuales con el alfa.
Solo que esa mañana fue diferente, sobre todo porque se estaba demorando un poco más de lo normal. Incluso había escuchado que los invitados ya se habían retirado junto al príncipe. Ella había pasado la noche preguntándose que podría pedirle de recompensa y con cada pensamiento una sonrisa le aparecía en los labios como ahora. El príncipe Ilayen era realmente atractivo, incluso cuando se molestaba.
La puerta del pabellón fue tocada con efervescencia y eso la sacó de sus pensamientos sobresaltándola. ¿Qué era ese escándalo tan temprano? Corrió y abrió la puerta.
-¿Qué se supone que es este bullicio delante del pabellón de la cuarta rei…?
-Se solicita su pr