Mundo ficciónIniciar sesiónLos primeros días en París transcurrieron en una casa segura cerca del Jardín de las Tullerías, una semana de preparación meticulosa donde Eleanor memorizó la genealogía de los Montfaucon y Gabriel perfeccionó el acento relajado de Armand Delatour. Ahora, con identidades forjadas y alianzas tanteadas, era el momento de ponerlas a prueba en el lugar más peligroso: la luz de los candelabros.
París los recibió envuelta en una neblina dorada, como si la ciudad entera respirara secretos. Las cúpulas brillaban bajo el sol de la tarde, pero bajo aquel resplandor vibraba un rumor constante de pasos, carruajes y murmullos que decían menos de lo que insinuaban.
El carruaje avanzó lentamente por el Boulevard des Capucines.







