Mundo ficciónIniciar sesiónEl fuego había consumido el Bicêtre casi por completo.
Los muros ennegrecidos humeaban aún al amanecer, y el aire olía a piedra quemada, a metal fundido y a muerte. Entre los escombros, los soldados buscaban supervivientes, apartando tablones carbonizados con lanzas y bayonetas. De vez en cuando, un grito, un nombre, o el sonido de un cuerpo arrastrado.En medio de aquel infierno, un hombre se movió.
Lord Ashford emergió de entre los restos de una galería derrumbada.
El rostro cubiert






