La noticia de Eleanor Vance como la dueña mayoritaria de Al-Farsi Petroleum, impactó las bolsas de Dubái con la fuerza de un misil, el mercado no reaccionó con pánico, sino con alivio. Los traidores estaban fuera, y la Rosa del Desierto era legalmente intocable. La alianza era un éxito.
En la suite del Burj Khalifa, la euforia era un campo de energía y de celebración.
Tariq se acercó a Eleanor, y sus ojos brillaban con un orgullo posesivo que no se molestó en ocultar, había terminado con la junta directiva, y el holding de Omar en Singapur estaba asegurado.
— Cincuenta y uno punto tres por ciento… eres mi dueña y mi jefa — murmuró, tomando el brazo de Eleanor y atrayéndola a la pared de cristal.
Eleanor sonrió, su victoria no era solo financiera, era también la validación de un año de lucha, y tiempos adversos.
— Parece que tendrás que trabajar más duro ahora, Halcón — Su voz tenía un filo juguetón, pero Tariq sintió la firmeza de la nueva propietaria — Vas a tener que esforzarte para