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Capítulo 2: Ese niño no es tuyo... ¿contento?...

Dante volvió a preguntar con la voz áspera. — ¿De quién es el niño Valentina?... No lo volveré a preguntar y quiero una respuesta. —añadio.

Valentina tragó saliva y enderezó la espalda, obligándose a recomponer su actitud frente a él.

—No tienes ningún derecho a interrogarme, Dante...

Él acercó su rostro al de Valentina, ambos podían sentir en estos momentos la presión que se sentía en el ambiente.

— No te lo estoy preguntando como un policía o como alguien del ejército. —susurró de nuevo. — Te lo estoy preguntando como el hombre que vio a un niño hablar perfecto italiano... con un acento que se me hace muy conocido.

Valentina pensaba lo más rápido que podía para poder zafarse de esta situación, no le gustaba para nada que Dante supiera su pequeño secreto. más que nadie debía evadirlo a toda costa.

Eso solo es una coincidencia... o alucinación como mejor lo veas. ahora soy una doctora de renombre... y a mi hijo le he dado todas las comodidades y estudios que se merece. —mintió sin pestañear.

Dante soltó una risita incrédula, de esos que siempre lo habían puesto a temblar... No era un sonido alegre, era peligroso, el tipo de risa que anunciaba un posible conflicto. Siempre era así incluso para poder hacer negocios, si algo no le gustaba, simplemente lo mostraba con esa risa.

— No me jodas, Valentina.

Ella lo empujó con todas sus fuerzas, pero aún así él no la dejó salirse con la suya. Su sola presencia bastaba para bloquear cualquier intento de escape.

— No pienso perder el tiempo contigo, Dante, tengo que regresar a casa ya es muy tarde. —comento en un tono amenazante.

— No me hagas reír... ¿Tú me crees idiota o algo parecido?. —exclamo molesto.

Dante volvió a acorralarla sin tocarla, apoyando una mano en la pared, dejando apenas unos centímetros entre sus cuerpos. Valentina sintió su perfume, ese aroma inconfundible a madera, cuero y el infierno disfrazado de hombre.

Valentina había jurado que jamás iba a temblar frente a él. Pero su cuerpo tenía memoria... y Dante siempre había sido su punto débil.

Ella intentó otra vez empujarlo pero él fue más rápido, él tomó su menton... Obligándola a verlo a los ojos. No con fuerza, pero sí con dominio. Un toque posesivo. Un toque de hombre desesperado.

— ¿Es mío?... —susurró, directo como si fuera un cuchillo filoso.

Valentina sintió el corazón acelerarse, sabía bien que Dante sospechaba mucho. Y aunque ese hombre frente a ella no era el capo en toda Europa, era el hombre al que había amado con devoción hace años pero... Cada vez que pensaba en el... Solo recordaba la familia Santino y sus amenazas.

suspiró levemente para calmar su corazón. con una voz firme le dijo. — No ese no es tu hijo, yo tengo un prometido... Y esa persona, es el padre de mi hijo.

Dante parpadeo, su mandíbula se tenso. No podía creer lo que ella decía. El enterarse que su ex tiene un hijo y próximamente se casará, le dio como un balde de agua fría.

— ¿Esto es todo lo que vas a decirme?. —susurro.

— Sí, además no tengo por qué explicarte más nada de mi vida actual. —respondió ella obligando a su voz a sonar firme.

Dante retrocedió un paso, con la expresión completamente vacía. esto era peor que cuando estaba enojado. Valentina lo conocía bien, sabía que... Cuando esto pasaba era su forma de aislar su dolor y lo que sentía.

Pero, como es de esperarse, la frialdad solo le duró unos segundos. Derrepente, este se inclinó hacia ella hablándole de nuevo al oído.

— No sé porque siento que mientes... Creo que debería colocarle a mis hombres una tarea especial y es la de investigar cada parte de tu vida actual.

— Eres un idiota, haz lo que quieras, déjame ir y no me vuelvas a buscar. —exclamo molesta.

— No estás entendiendo aún verdad Valentina... Nuestro divorcio nunca fue registrado como un documento legal.

— Ese documento es falso, lo usas solo para que te crea... —exclamo cruzándose de brazos.

— En eso estás equivocada coma mi abogado encontró los papeles reales. El juez que debía validar el proceso falleció antes de firmar. así que este archivo quedó sin registrar oficialmente... eso significa que legalmente eres mi esposa... Eres Valentina Santino... —sonrio descaradamente.

Valentina tenía miles de preguntas ahora mismo en su cabeza, se supone que los documentos que le enviaron a la casa donde residía antes de mudarse a Londres eran legales. "¿Cómo es posible que aún siga casada con Dante?". se preguntaba mientras lo veía sonreír como si hubiese ganado un juego.

Dante entonces la dejó ir, Valentina solamente pudo correr apresuradamente hasta su carro. el corazón de Valentina estaba a punto de estallar. quería creer que simplemente esto era una pesadilla más. una de esas que siempre tenía en las noches. pero claramente punto no era así.

Él la observaba con los ojos de un depredador que había encontrado de nuevo a su presa y que no la va a dejar ir cueste lo que le cueste.

Las horas pasaron después de aquel encuentro con Dante, al llegar a su casa entró en una de sus áreas VIP, donde Matteo no suele entrar a menos que ella le dé permiso. La puerta de aquel salón se cerró de golpe detrás de Valentina, el eco rebotando contra las paredes de mármol era sofocante. Todavía tenía puesto el vestido blanco de la gala, aún así sentía sus piernas débiles, como si cada paso sobre los tacones fuera una confesión a punto de derrumbarse.

Tenía que respirar, tenía que recuperar el control... ella lo sabía muy bien y sin embargo no podía, no después de haber visto su mirada.

— “Dante Santino”. —murmuro.

El único hombre capaz de reducir todo su mundo a cenizas con un simple giro de la cabeza. Valentina se apoyó en la pared cubriéndose la boca con la mano mientras intentaba estabilizar la respiración. lo había visto. había escuchado a Matteo hablar en perfecto italiano... ”seguro sospecha algo ahora”, pensaba en voz alta.

pero a su vez con terror y anticipación solo podía recordar las veces en las que Dante, le hablaba tanto con dulzura y a su vez con odió... No quería volver a ese pasado.

Al salir del área VIP, se acercó a una puerta blindada del penthouse. Este reconoció su huella dactilar. Parpadeó en azúl y se abrió suavemente.

— Mamá... —una voz suave y pequeña se acercaba hasta donde se encontraba Valentina.

Matteo había estado despierto coma sentado con una manta verde sobre las piernas y sosteniendo uno de sus libros en italiano, se apresuró dejando sus cosas a un lado para llegar hasta donde estaba Valentina. Levantó la mirada, y sus ojos grandes y oscuros tan parecidos a los de él... La atravesaron por completo.

— No deberías estar despierto tan tarde, tesoro. —susurro. — Es tarde.

— Quería esperar a que volvieras... Me prometiste que no ibas a tardar mucho...

— Lo siento cariño, la gala fue muchísimo más larga de lo que pensé...

Matteo ladeó su cabeza mientras observaba detenidamente los ojos de Valentina. Es bastante perceptivo y sabe que a su madre algo le estaba generando ansiedad y estrés... Antes de que tan siquiera pudiera pronunciar una pequeña palabra, Valentina rápidamente cambió de tema.

— Vamos a dormir, ¡ya es tarde!

Valentina no tenía tiempo para este tipo de cosas. se cambió de ropa a una mucho más holgada y cómoda, hizo lo mismo con su hijo Matteo a cambiarlo de ropa, Al ingresar a la cama seguía recordando todo lo que hablo con Dante. Lo único que ella quería. era tener una vida lejos de los Santino. Pero ahora las cosas cambiaron de nuevo... Con este encuentro con Dante punto sabe que su vida ahora dará un giro 360.

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