Capítulo 8: El anuncio de compromiso
POV: Liam
El salón principal del edificio Macmillan brillaba como una maldita vitrina de porcelana. Columnas revestidas en mármol blanco, cortinas de terciopelo, flores frescas y cámaras apuntando en todas direcciones. Todo perfectamente orquestado para un solo fin: vender la ilusión.
El compromiso.
Liam ajustó su corbata frente al espejo mientras el murmullo de periodistas crecía del otro lado del panel. Estaban allí: Forbes, The Times, Harper’s, incluso una reportera de entretenimiento que seguramente haría preguntas que olían a escándalo.
Pero nada lo alteraba tanto como la idea de verla a ella.
Olivia.
Habían pasado solo tres días desde el beso. O el roce. O el jodido incendio controlado que casi los consume en su oficina. Desde entonces, ella lo evitaba. O intentaba hacerlo. Porque cuando sus ojos se cruzaban —en las juntas, en el ascensor, en el pasillo— esa tensión volvía a latir. Como si no tuvieran sangre, sino dinamita.
Y hoy, iban a posa