Mundo ficciónIniciar sesiónLa limusina avanzaba por la carretera sinuosa que se adentraba en las afueras de París, y la lluvia ligera golpeaba los cristales con un ritmo constante, como un tambor lejano que acompañaba el latido de los nervios de Sophie. Afuera, los árboles verdes se mezclaban con la niebla matutina, formando un paisaje que parecía pintado a mano, húmedo y perfumado por la tierra mojada. Cada giro del camino hacía que la vista de la ciudad quedara atrás, como si también se estuvieran alejando de todo lo que era público, oficial, controlado.
Damien conducía personalmente. Era un gesto raro, casi íntimo, que Sophie no esperaba. Lo miraba de reojo, observando cómo su rostro se concentraba en la carretera, pero sus ojos, a ratos, se desviaban hacia ella, explorándola con la intensidad que usualmente reservaba para una negociación o una mujer que le provocaba un desafío irre







