A la mañana siguiente, Nicolás revisaba los informes de sus recientes movimientos cuando recibió una notificación en su teléfono. Era una dirección en las afueras de la ciudad, sin remitente y con un mensaje críptico que solo decía: "*Llega solo si quieres respuestas.*" Nicolás frunció el ceño, intentando identificar al autor del mensaje, pero rápidamente descartó a sus enemigos más obvios. ¿De la Fuente? Poco probable. ¿Algún traidor en sus filas? Posible, pero no tenía indicios claros. Sabía que acudir a una ubicación desconocida era un riesgo, pero en su interior, la promesa de obtener respuestas superaba cualquier temor.
Después de un breve intercambio con Lorenzo para coordinar su cobertura y ubicación, salió de la ciudad, adentrándose en los caminos sinuosos hacia el lugar indicado.
Al llegar, lo esperaba una antigua fábrica abandonada, rodeada de una calma inquietante y un aire cargado de desconfianza. Se dirigió al edificio con pasos firmes, el eco de sus zapatos resonando en