Mientras luchaban, la tensión en la sala alcanzó su punto máximo. Los hombres de Espectro se movían en sincronía, coordinando ataques desde múltiples direcciones, mientras Nicolás intentaba mantener la ventaja. Sin embargo, el Espectro parecía tener una ventaja estratégica, anticipando los movimientos de Nicolás con una precisión que lo dejaba sin opciones.
—Has cambiado, Valverde —dijo el Espectro mientras esquivaba un disparo—. Has pasado de ser un líder ambicioso a un hombre obsesionado con destruir lo que alguna vez construiste.
—No he cambiado —respondió Nicolás con furia—. Solo he visto la verdad. La verdad de que todo lo que haces es oprimir y controlar. No voy a dejar que continues.
En un movimiento rápido, el Espectro lanzó una granada hacia Nicolás, quien apenas logró esquivarla antes de que explotara, llenando la sala de humo y polvo. La visibilidad se redujo drásticamente, y ambos hombres se encontraron luchando en la oscuridad, tratando de localizar al otro.
Nicolás, apro