Mundo ficciónIniciar sesiónLo primero que hizo Amir una vez ingresó a su oficina, fue indagar en el registro de llamadas de la línea perteneciente a Olivia, podía sonar raro o absurdo pero así era Amir Rossi, una vez que su fijación estaba en algo no se detenía hasta obtener lo que quería, sin importar el tiempo que pasara, o el esfuerzo que le llevará, y Olivia no sería la excepción, lo había meditado durante esos cuatro largos años, lo primero que lo cautivó de ella fue el rechazo innato que la joven poseía con solo verlo, luego de un tiempo le pareció alguien dulce e incluso pecó de iluso, al creer que la joven escapaba de su mirada por sentirse cohibida, pues la mente de este CEO lo había llevado a la errónea conclusión de que lo más probable fuera que Olivia fuera una joven virginal, no solo porque le parecía una persona introvertida, sino también por el sobrepeso que cargaba, y es que en el mundo de Amir Rossi, o al menos sus gustos, siempre habían estado dirigidos hacia mujeres que si bien poseían curvas, las tenían en los lugares “correctos”, grandes pechos, voluminosos traseros, pero solo el tiempo le demostró a este empresario cuán equivocado estaba, no solo porque se sentía atraído por Olivia de una forma casi inexplicable, sino también porque Olivia no era una joven virginal, claro que no, y es que al poco tiempo de comenzar a investigar a su secretaria, Amir se dio cuenta que la mujer se podía categorizar como alguien fatal, no tenía una pareja estable, no le gustaban los compromisos o quizás no tenía tiempo para ellos, pero eso no quería decir que en sus ratos de ocio la joven se encerrará en su departamento a leer alguna historia, claro que no.
Olivia le demostró a este CEO prepotente, de que aún existían las mujeres con cara de ángel y alma de demonio, pues lo único que necesitaba la joven era cambiar sus conjuntos de secretaria, por esos vestidos negros ajustados, que apenas se cubrían su gran trasero, cambiar el maquillaje sobrio que usaba de día, por esas sombras oscuras, y el labial carmín, y montada en sus tacones de más de 12 cm, levantaba suspiro por donde fuese que pasara, y era precisamente en ese instante que el instinto de cazador de Olivia despertaba.
Amir se había tomado su tiempo para espiarla, seguirla y acecharla, conocía cada una de sus miradas, la forma en la que categorizaba sus “víctimas”, pobres hombres que creían que eran ellos los que le estaban dando una oportunidad a la joven regordeta, cuando la verdad era Olivia la que siempre tenía el control de todo, era ella la que hacía contacto visual, y sus pestañas revoloteaban cual alas de mariposa, la pequeña sonrisa de lado que mostraba cuando estos hombres eran encandilados ante su mirada, y era entonces cuando se acercaban a ella, con un trago, e incluso Amir estaba seguro de que ella controlaba el sonrojo en sus mejillas, según la estupidez que esos perdedores demostraban tener cuando decidían acercarse a ella y cuando al fin Olivia se aburría de la charla, simplemente se ponía de pie, marcando el camino a alguna habitación de hotel.
Como odiaba esas noches, él, Amir Rossi Santoro, el hombre que podía tener a quien quisiera a sus pies, sabía desde un principio que no la tendría a ella, Olivia nunca le regalaría una mirada, mucho menos un aleteo de esas pestañas tan densas y pobladas, y el CEO agonizaba un poco más cada vez que veía salir a uno de esos perdedores con enormes sonrisas adornando su rostro, aunque no negaría que también sentía cierta satisfacción, cuando luego los escuchaba suplicar por un número de teléfono o una dirección o así sea inclusive un nombre, algo que Olivia por supuesto les negaba.
—Lo siento si te di a entender otra cosa, pero solo buscaba diversión, no una relación, fue un gusto coincidir contigo.
Jamás en la vida Amir Rossi había sentido tanto placer por escuchar a una mujer decir aquellas palabras, pero saliendo de la boca de Olivia, era música para sus oídos, era saber que aún tenía una posibilidad de poder llegar a ella, solo que aún no había encontrado la forma de hacerlo.
¿Cómo se podía acercar a alguien que ni siquiera gastaba un segundo de su tiempo en verlo a los ojos?
Amir sabía que el desdén que demostraba Olivia hacia su persona, no era algo físico, no era estúpido, pero tampoco era egocéntrico, aún así sabía que tenía un cuerpo que bien podía competir con el de algún Dios griego, su rostro era la perfecta combinación de belleza y seriedad, pues con el correr del tiempo se había percatado que Olivia prefería los hombres que tenían un rostro serio, antes que alguien risueño, entonces ¿por qué simplemente no lo veía?
—El infierno.
Murmuró incrédulo de reconocer aquel número en el listado de llamadas de Olivia, porque sí, amir Rossi conocía muy bien los clubs pertenecientes al infierno, era amigo de sus dueños, y allí, en ese segundo, fue cuando vio su oportunidad, el fin justifica los medios, se dijo, porque no se estaría aprovechando de Olivia si al final de cuentas, él le daba lo que ella buscaba.
Fue así como sin perder más tiempo, contacto a Marco de Luca, uno de los dueños de la cadena de clubs el infierno.
—No lo sé amigo, sabes muy bien que el lema de mi madre siempre fue que lo que sucede en el infierno, se queda allí, el facilitarte la información de un posible cliente, sería romper con todas las normas establecidas del legado de mis padres.
—No lo estás entendiendo Marco, entonces presta atención, Olivia será mi mujer, aún no sé cómo, pero sé que lo será, y mientras eso sucede, me aseguraré de complacerla en todo, entonces, solo tienes dos opciones, o me ayudas, o será mejor que te despidas del club que tienes aquí en Francia, porque lo destruiré. —la línea quedó en silencio por un minuto, Marcos sabía muy bien que Amir Rossi no mentía, pudiese ser que hoy en día fuera un respetado CEO, pero Marco no se olvidaba que este hombre tenía pasado, y en ese pasado, lo llamaban el diablo.
—De acuerdo, pero solo será esta vez.
—Solo eso necesito.
El fin justifica los medios se repitió Amir Rossi, y el fin que el buscaba, era que Olivia terminara siendo su esposa y no le importaba lo que tuviese que hacer para conseguirlo.







