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Era su horario de descanso, y si Olivia, hubiese sido fiel a su rutina, debería haber ido por su café de media tarde, ese pequeño placer que la ayudaba a sobrellevar la jornada laboral. Sin embargo, en lugar de dirigirse a la máquina de café, se detuvo a mirar una vez más la tarjeta que sostenía entre sus manos, esa de fondo negro, letras doradas que rezaba “El infierno” y la cual en el reverso tenía un número de teléfono que ya casi conocía de memoria.
Aquella tarjeta del infierno ejercía sobre ella una atracción irresistible, algo que se había convertido casi en necesidad, llevaba días intentando contactar con el club; cada vez que llamaba, el silencio era la única respuesta, aunque había notado que siempre lo hacía al anochecer, cuando descansaba en la tranquilidad de su piso y, en teoría, el club abría sus puertas a esa hora, quizás por ello nadie la atendía.
Pero esta vez, rompiendo con sus propios principios y haciendo una excepción a sus firmes valores, utilizó no solo el tiempo laboral para intentarlo, sino también el teléfono de la empresa, mientras se prometía a sí misma que sería la última vez que lo intentaba de ese modo, justificando el atrevimiento como una mera curiosidad que necesitaba resolver antes de poder olvidarse del asunto. Mientras marcaba el número, sentía una mezcla de nerviosismo y expectación, sabiendo que, de alguna forma, aquel pequeño acto podría cambiar el rumbo de su vida.
—El infierno, ¿qué podemos hacer por usted? —bueno eso había sido rápido, muy rápido, ni siquiera había terminado el primer repiqueteo cuando ya la habían atendido.
—Quisiera información del lugar, estoy interesada en acudir a su establecimiento, pero por más que he tratado de conseguir información todo lo que aparece ante mí es muy vago y poco claro. —Por supuesto que ese era el caso, pues el club el infierno no era para cualquiera, si querías entrar al lugar debías estar dispuesto a pagar el precio, después de todo… el infierno no era para cualquier mortal.
—Comprendo señorita, ¿le gustaría que la conociera por su nombre?, ¿o quiere que me refiera a usted con algún apodo? —raro, se dijo Olivia, pero la voz tras el teléfono era agradable.
—Olivia está bien.
—Muy bien Olivia, ante todo debe saber que al hablar conmigo estás en total confianza, todo será absolutamente confidencial, si en este momento te cuesta expresar lo que buscas con claridad, te recomiendo que me des un correo en el cual te pueda enviar las normas de nuestro establecimiento, como así también nuestro precio. —Olivia respiró satisfecha, no porque tuviera pudor de hablar o explicar lo que ella estaba buscando, más bien era el saber que estaba en la empresa donde trabajaba, y su ética laboral le susurraba al oído que no era correcto hacer aquello en su horario de trabajo.
—Me sentiría más cómoda si recibiera todo en mi correo.
Olivia siempre fue una persona aplicada, sabía muy bien separar su vida personal de lo profesional, porque si ese no fuese el caso no estaría trabajando como secretaria de Amir Rossi y sin embargo, allí estaba, pero justo en ese momento al ver pasar frente a ella al CEO de la empresa, su cerebro cometió un pequeño desliz y, de sus labios salió el correo electrónico que usaba para contactar a su jefe, y no el personal, y aunque pronto se dio cuenta de este detalle, creyó que no pasaría a mayores, porque simplemente recibiría un correo el cual luego de responder simplemente eliminaría, ¿que podría salir mal?, en la mente de Olivia nada, claro que está curvy secretaria no tenía cómo saber, que su jefe y CEO de la empresa, siempre había tenido sus ojos puestos en ella, desde hacía 4 años, sabía cada uno de sus movimientos, esperando, asechando, midiendo los pros y los contras de cada situación, y lo único que aún mantenía a Olivia lejos de él y no en su cama, era precisamente la barrera que aquella mujer siempre tuvo bien en alto, Olivia no mezclaba el trabajo con el placer, eso Amir lo supo desde siempre, desde el segundo que por poco y obliga A Luc Ambiorix, a cederle a Olivia como su secretaria.
—Olivia, ¿qué haces aquí?, es tu horario de descanso, ¿o es que estás incursionando en alguna nueva dieta? —preguntó con sumo interés Amir, pues a lo largo de estos 4 años la había visto intentar desde ayunos intermitentes, a dietas sumamente ridículas que dependían de la luna, algo que a él le parecía absolutamente ridículo, pues esas libras de más de las que tanto se quejaba Olivia con sus compañeras de trabajo, eran lo que más cautivaban a este hombre, si hasta llegaba a soñar que amasaba cada uno de esos rollos.
—Señor Rossi, ya le he dicho que no tiene por qué preocuparse si hago dieta o no, eso es mi vida personal y mientras no afecte a mi trabajo, a usted no tiene por qué preocuparlo. —la acidez se filtró en cada una de las palabras de la joven, como era ya costumbre, pues se podía decir que Olivia nunca había olvidado los rumores que sobre Amir se levantaban, sin importar que durante estos 4 años el hombre se mostrará como un empresario ejemplar, aún así, había algo en su mirada que a Olivia le hacía dudar de su moral, y era por eso mismo que nunca había traspasado la barrera de jefe y empleada, al menos no de la misma forma que lo había hecho con Luc, quien la joven consideraba un amigo más que su jefe de antaño.
—Bueno, si debemos tener en cuenta que tu última dieta te hizo desmayar en plena reunión. —rebatió casi con molestia Amir provocando que las mejillas de Olivia se cubrieran de un tenue color rosa.
—Creo que ya le pedí disculpas por eso, y es algo que no volverá a suceder, pero ya que tanto le preocupa que no haya ido por mi café de media tarde, si me disculpa y no me necesita, iré a la cafetería.
A mí Rossi simplemente la dejó escapar, conocedor de que pronto volvería a su lugar, allí justo frente a él, donde pasaba la mayor parte del día viéndola, admirándola, soñando despierto con poseerla, además el hecho de dejarla ir justo en ese momento le daba una vista privilegiada del enorme trasero de Olivia meneándose de un lado al otro, mientras los ojos del CEO reflejaban el anhelo por poseer tan maravillosa figura entre sus manos.







