77. Ecos en los pasillos
Umbralis estaba más silenciosa de lo habitual esa mañana.
Lía lo sintió apenas cruzaron el corredor principal. Los sonidos habituales, los ecos de estudiantes apurados, las hojas arrastradas por el viento interior, el zumbido leve de las lámparas arcanas, parecían haberse detenido. No era quietud. Era algo distinto. Como si el edificio hubiera contenido el aliento.
-- Este pasillo... no estaba aquí ayer -- dijo Rylan, deteniéndose de golpe frente a una bifurcación que no figuraba en el plano --. Ni siquiera es simétrico con la estructura del ala norte --.
-- No lo está -- respondió Lía, entrecerrando los ojos --. Y tampoco proyecta sombra. Mira... --.
Ambos se quedaron observando. El nuevo pasillo se abría en una curva suave hacia la izquierda, sin ventanas, sin puertas, sin sentido arquitectónico alguno. La lámpara que colgaba justo sobre la entrada iluminaba el suelo, pero su luz no proyectaba sombra al otro lado del marco. Era como si la entrada absorbiera la luz, como si detrás de