53. Donde no alcanza la Luz
Estoy sola. Todo se ha detenido y solo queda este lugar dentro de mi cabeza donde mi mente no puede escapar. No hay sonidos, ni voces, ni rostros que no sean los míos. Ni siquiera hay tiempo. Solo está el peso de saber que Raven está al borde de perderse, y yo aquí, impotente, sintiendo cada segundo como si fuera una eternidad.
Él está entre la vida y la muerte. Lo repito una y otra vez para que esta verdad me cale hasta los huesos, pero al mismo tiempo intento alejarla porque duele demasiado. ¿Cómo puede ser que alguien que siempre pareció invencible ahora sea tan frágil? Ese hombre fuerte, feroz, protector, está tirado en algún lugar, luchando con cada respiración, y yo no puedo estar a su lado.
El amor que siento por él es un nudo en el estómago que no se deshace. No es solo cariño ni atracción: es todo lo que soy cuando estoy con él. Una parte de mí que nunca supe que existía hasta que lo vi, hasta que lo conocí, hasta que el destino nos unió. Pero también es miedo, un miedo que m