24. Presas del Engaño
El cielo estaba cubierto por nubes pesadas, y la tarde tenía ese aire de tormenta inminente que hacía vibrar las hojas de los árboles. Ailén caminaba con paso rápido, el abrigo pegado al cuerpo, el celular aún en su mano como si pudiera protegerla. El mensaje de Lucien seguía encendido en la pantalla, aunque ya se lo sabía de memoria.
"He encontrado algo. Sobre ti. Algo que nadie más debe saber todavía. Reúnete conmigo en el viejo campanario del Valle Sombrío. Ven sola. Es importante."
Había dudado. Por un instante, pensó en decirle algo a Liora, incluso a Raven. Pero algo en su interior la empujaba hacia Lucien. Su voz, su mirada, el modo en que parecía entenderla sin juzgarla. Con él, se sentía menos perdida.
Y, aunque no quería admitirlo, con Raven era cada vez más difícil respirar.
Había algo feroz y antiguo en él que despertaba tanto deseo como miedo. Sentía que caminaban por orillas opuestas de un mismo río, sin poder alcanzarse. Cada vez que se miraban, Ailén no sabía si quería