Julia.-
¡Soy tan estúpida! Albergué esperanzas, esperaba que Brian me dijera si quiera que lo sentía, que me diera una explicación, pero no, solo se comportó como un narcisista miserable. Definitivamente no está listo para conocer y hacerse cargo de un hijo.
Veo pasar a un mesero con una bandeja de tragos, tomo uno que bebo en un solo trago, el licor me quema la garganta de inmediato, pero no lo suficiente para calmar la rabia que siento en este momento.
— ¿Julia estás bien? –pego un brinco cuando siento la mano de Gian en mi espalda.
— Sí, solo… ¿no podemos ir ya? –Gian me mira un tanto confundido, pero no me lleva la contraria y asiente–. voy un momento al baño y regreso, puedes esperarme en el auto.
Al entrar al baño agradezco la soledad del lugar, mis manos se sostienen sobre el mármol frío del lavamanos dándome una ligera calma, veo mi reflejo en el espejo y de inmediato mis ojos se llenan de lágrimas.
Todo lo que viví al lado de Brian… fue una utopía. fui muy ingenua al pen